Nací en 1973 en la ciudad de Donostia en la que viví hasta los 26 años, edad a la que decidí seguir con mi vida en tierra catalana, tierra a la que me siento muy agradecida por las oportunidades que me ha brindado tanto a nivel laboral como personal.

Pertenezco a una familia numerosa, de padre vasco y madre andaluza, con sus luces y sus sombras, como en todas las familias y que llevo en mi corazón por haber sido la artífice de la persona que soy. 

Así pues, conviven dentro de mí las culturas vasca, andaluza y catalana.

Siempre fui una niña muy inquieta y esa inquietud se ha ido traduciendo en las diferentes actividades a las que me he dedicando a lo largo de la vida, hasta llegar a una de mis pasiones: "LA LIBERTAD DE SER"

Llegué a la terapia Gestalt por una sincronía de la vida. Iba buscando un libro del Budismo y al encontrarlo, me llamó la atención el libro que estaba a su lado : Gestalt. Lo ojeé por encima y reconocí en él, mi filosofía de vida, y cómo esa filosofía era aplicable a la terapia.

Ahí empecé mi formación. Cuánto más sabía más quería saber. Me metí de lleno experimentalmente ,la mejor manera de comprobar en mí misma cómo los pilares de la Gestalt iban tejiendo, experiencia trás experiencia, conocimientos y reconocimientos, técnicas y conceptos, entendimientos y comprensiones, la integración de la persona en todas sus partes y la importancia de cada una de ellas y cómo colaboran entre sí para ayudarnos a darnos cuenta de todo aquello que nos ha ido modelando, como si fueramos muñecos de barro a los que, a lo largo de los años, desde que nacemos, se nos va acoplando pedazos que consideramos nuestros. Y es ahí que la Gestalt, como un cincel, va despegándo de nosotros esas capas que habíamos adoptado y que poco a poco iban dejando cada vez más escondida nuestra esencia verdadera.

EL VIAJE A LA LIBERTAD DE SER es el viaje hacia nuestra propia esencia.